sábado, 20 de julio de 2013

Marilyn Monroe y Joe DiMaggio


Uno de los matrimonios más emblemáticos e idílicos del siglo XX tan sólo duró 274 días, y hasta la fecha aún cautiva la imaginación de millones, es de imaginar, era la unión de la más aclamada actriz e icono de la sexualidad, Marilyn Monroe y uno de los principales jugadores de béisbol de todos los tiempos, Joe DiMaggio, El Yankee Clipper.

Momento en que Marilyn y Joe contraen matrimonio.

No era el primer matrimonio de Marilyn, sino el segundo, pero tampoco sería el último. Mucho se ha dicho de la necesidad de Marilyn (Norma Jeane Mortenson) de estar al lado de una figura fuerte, representativa y mayor, pero su primer matrimonio, con James Dougherty, en 1942, no resultó. Él era cinco años mayor que ella y para una niña de 16, son toda una vida de experiencias, de aventuras, de sueños, aunque no necesariamente los suyos. James parecía un buen partido, pero resultó que él carecía de la ambición, que a ella le sobraba, para lograr sus metas y anhelos. Con la entrada de los Estados Unidos en la guerra, él se reclutó para servir en la marina mercante. Según James, los sueños de ella de ser una gran estrella, los fue alejando, hasta el punto en que “él decidió” terminar con la relación, generando en la débil Marilyn un deseo incontrolable de suicidio, pero a decir verdad fue ella quién solicitó el divorcio y le fue otorgado en 1946.

Foto estudio de Norma Jeane previo a la transformación
a Marilyn Monroe. Nótese la falta del lunar.

Los años pasaron y Marilyn trabajó duro en su escalada en Hollywood, logrando papeles, en un principio, sin importancia, sin diálogos y muchos sin reconocimiento crediticio, era una más del montón, pero no había otra opción, así es el medio, a pesar que ella se había adaptado a todas las trasformaciones que le exigió el estudio (20th Century Fox), un cambio radical de imagen y nombre, e incluso se metió en clases de actuación, baile y canto.

En un principio como Marilyn, ella consiguió muchos trabajos
de modelaje, pero ninguno relevante en cine.

Los años pasaron subsistiendo con trabajos de modelaje, entre los que llegó a posar desnuda, escándalo que la persiguió después, poniendo su posible carrera en el cine en peligro, pero ella asumió su responsabilidad, en una Norteamérica muy conservadora y explicó que lo hizo porque necesitaba el dinero para subsistir; cautivó al público y a Hugh Hefner, que aprovechó y publicó las fotos en su primer número de la revista Playboy, iniciando el mito de Sex Symbol. Ya ella y Joe Dimaggio estaban saliendo.

La fotos polémicas de Marilyn editadas en el primer número de
la revista Playboy de 1953.

Pero su carrera cinematográfica despegó, ¡y cómo!, al presentársele la oportunidad de un rol estelar en la película Niágara, al lado de Joseph Cotten.

Foto publicitaria de la Película Niágara.


Los estudios ese mismo año, 1953, captaron el potencial sexual que ella trasmitía y se concentraron en explotarlo, marginándola a papeles superfluos, comedias banales, pero muy taquilleras entre las que se encuentran: Los caballeros las prefieren rubias, protagonizada al lado de Jane Russell y Charles Coburn y Cómo casarse con un millonario, al lado de Betty Grable, Lauren Bacall y William Powell.

Marilyn Monroe y Jane Russell dejando sus huellas en el
famoso Teatro Chino de Grauman, Hollywood.

Huellas de las dos actrices que trabajaron juntas en la película
"Los hombres las prefieren rubias".


Joe DiMaggio tuvo una carrera fenomenal en beisbol, en la que muchos factores se dieron para que su llegada a Las Grandes Ligas fuera bastante fácil, a los ojos incrédulos de la mayoría, que no ven en el talento un aval; y fue su manera de batear. No era necesariamente un jonronero, pero bateaba casi a diario y cubría el campo como ninguno, estaba por todos lados. Ayudó a su equipo a ganar nueve títulos de campeones en trece años de carrera, viéndose en la obligación de retirarse del deporte, con tan sólo 36 años de edad, a causa de constantes lesiones. En las últimas temporadas no hubo un día en el que el dolor no lo atormentara, pero jugaba como si nada le pasara. Se retiró en el año 1951 siendo una leyenda. Al año siguiente los Yankees retiraron el número 5 de la camiseta en su honor y en 1955 fue aceptado en el Hall de la fama.

Joe DiMaggio "The Yankee Clipper"

Ante los ojos de cualquier persona, y con mucha lógica, el matrimonio de él, con Marilyn Monroe, era uno imposible; Marilyn, a sus 25 años de edad, estaba al inicio de una carrera glamorosa, efervescente y publicitada, en cambio él, 12 años mayor que ella, recién retirado, añoraba una vida tranquila; siempre fue un hombre muy reservado que vivió una vida pública por necesidad. Joe quería que su esposa se retirara del cine y se convirtiera en Ama de Casa y un torbellino de pasiones estaba por comenzar.


Él intentando halar hacia un lado y ella y el estudio hacia el otro. En plena Luna de Miel mientras viajaban por Japón, Marilyn tuvo que cumplir compromisos promocionales e ir a Corea del Sur para entretener a las tropas allá acantonadas luego de la Guerra de Corea. Eso fue algo que él nunca superó, los celos lo carcomían.

Marilyn y Joe deben de interrumpir su Luna de Miel para ella
entretener a las tropas estadounidenses acantonadas en Corea del Sur.

Ese mismo año se filmó La picazón del séptimo año, al lado de Tom Ewell y la escena en la que a ella, casualmente, se le levantaba la falda fue utilizada en la campaña promocional y a cada rato tenía que repetirla ante un público ansioso; Joe no pudo soportarlo más, viviéndose  tensiones monumentales en el hogar, forzándola a ella a solicitar el divorcio, alegando “tortura mental”.

La famosa escena del vestido en "La picazón del séptimo año",
toma que se realiza en la avenida Lexington y la calle 52 en Nueva York.

Fotos publicitarias de la película, que se repitieron una y otra vez y
que Marilyn detestó el hacerlas.


A pesar de su tercer matrimonio, ésta vez con el afamado escritor Arthur Miller, en 1956, y su escandaloso romance con John F. Kennedy, Joe y Marilyn siempre se mantuvieron en contacto y al momento de su muy especulado suicidio en 1962, Joe tomó control de la situación y se encargó del funeral. Ésta vez, él triunfó, evitando que el entierro de su ex esposa se convirtiera en un circo, permitiéndole tan sólo el acceso a 31 personas cercanas. Joe DiMaggio nunca se volvió a casar y vivió totalmente sólo hasta su muerte en 1999.

Funeral de Marilyn bajo estrictas medidas de seguridad.

Escrito por Jorge Lucas Alvarez Girardi

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